Jamás pensé que una
de las experiencias más tristes y trágicas que he vivido con una mascota podría
convertirse en una historia algo risible al contarla un par de años después.
Mi gatito, Gualdo “El
Catamaran” Gaviota (nombre no por pedegree sino por marisqueras nuestras) al
parecer se indigesto un día y comenzó a hinchársele la pancita; se quejaba,
estaba triste y finalmente se echo en el piso de la cocina muy adolorido a
morir. Ahí lo encontramos mi mama y yo ya bastante tarde en una lluviosa noche.
No nos quedo de otra más que sentarnos a
su lado a lloriquear también (como si con esto lo aliviáramos de alguna forma) esperando
lo inevitable.
En un breve periodo
de tiempo sus maullidos comenzaron a hacerse más débiles y distanciados entre
si. Los ojos muy abiertos de Gualdo se perdían en una mirada vidriosa y
desarticulada hacia el horizonte de ollas y trastos. En poco tiempo el intento
de maullar era solo un susurro que ocurría cada 10 seg… 15 seg… 30 seg… 1 min………
y comienza la tragedia:
- -Ay mami
se murió ahora si el pobreciiito… (inicio de llanto impetuoso y desbordado)
-
-Pobrecito
- acento maracucho - cerrale los ojos (snif, snif)
-
(mi
llanto se detiene ipso facto dando paso a cara de “susto con no me jodas”) -Cerraselos
tú!
Porque justo en
este momento aparece el inevitable miedo a lo “recién-muerto” y nadie quiere
tocar al difunto. Es ese terror fantasmagórico sembrado en nuestros subconscientes
por años y años de películas de zombis. Todo lo que piensas es que el muerto de
repente no esta tan muerto y tal vez se despierte con los ojos volteados pelándote
los dientes, reclamando tu cerebro…! Uy que miedo! Y luego dicen que la tv no fríe las neuronas.
Tristemente la
autoridad materna pudo más que mi miedo patológico y solo bastó una expresión amenazante
bien conocida por mí, acompañada de un:
-
-QUE SE
LOS CERRÉIS TE DIJE!!!
Resignada y llorosa
(por tristeza y miedo) comencé a estirar mi mano temblorosa hacia los ojos del inmóvil
felino, pero justo a un par de cm de alcanzarlo se escucho un débil suspiro y
un “Meeeeaaawoooo…”.
Dios Mío Santísimo,
que susto! Ambas saltamos hacia atrás despavoridas.
Esta vivo aun! Nuevamente nos ataca la lloradera, pobre gatito se prolonga su
sufrimiento… Nos quedamos observándolo a ver si ha vuelto de entre los muertos
para quedarse o solo para espantarnos. Pero nuevamente 30 seg… 1 min… 2 min … (por si acaso)… 3 min…….
-
-Ahora sí,
aquí fue, ya se murió mami (cara de tristeza resignada y ya sin llanto)
-
-Vai
pues, cerrale los ojos…
-
-Maaamiiiii…
snif, snif…
-
-Cerraselos
nenita!
Una vez más intento
cerrar los exageradamente abiertos ojos de Gualdo, ahora con el temor de un
nuevo susto y justo casi al rozarlo otro: “Meeeeeaaawoooo…..” Y el susto!
-
-MIER… TA
VIVO, MAMI!
-
-Cuando
es que se va a morir este gato pues? Ya llevamos rato en esto!
-
-Cuanto
tenemos que esperar?
-
-Ni idea.
-
-Bueno,
vamos a esperar ahora que deje de respirar por 10 min pa estar seguras.
-
-Sera.
Suena sádico pero así
fue, nos quedamos ahí sentadas escuchando el últimos suspiro (varias veces) del
pobre gatito moribundo. Ya no nos asustaba. Lamento reconocer que ya queríamos que
se muriera, tanto por detener su sufrimiento, como por ya acabar con el trajín.
Finalmente, luego
de largo rato y de varias resurrecciones milagrosas, Gualdito se murió; lo
supimos porque se puso rígido de inmediato y no hubo manera de cerrale los
ojos. Se fue al mas allá con la mirada chueca el pobre.
Pero ahí a penas comenzó
la peor parte.
Lo envolvimos en
trapos y lo metimos a un tobo. Nos armamos de cucharones soperos y nos fuimos a
enterrarlo.
Lloviznaba, había millones
se sancudos atacándonos como kamikazes, el terreno era difícil, lleno de
piedras y botellas enterradas, las cucharas se doblaban, era muy tarde, todo
estaba solo…
-
-Este “bendito”
gato de “miercoles” que se tuvo que venir a morir justo ahorita…
-
-Y de
paso es tan grande y ni las patas se le pudieron doblar al “agraciado”!
-
-Te dije
que se las doblaras cuando aún estaba fresco, carajita!
-
-Y porque
no se las doblaste tu?
-
-Ve! No me
hagáis arrechar que ya estoy que lo tiro en el pipote pa que se lo lleve el
aseo!
-
-Aaaayyyy
no mami, tampoco así…
-
-No cabo más!
Ya cabe?
-
-De ancho
si pero de alto no.
-
-Así
quedó, metélo!
-
-Pero mami…
-
-QUE LO METÁIS!
-
-Bue….
(lo meto) le sobresale la pancita, es que esta muy hinchado…
-
-De
bol@s! si se comía todo lo que se dejaba al descuido! TAPÁLO!
-
-Pero es
que sobresale!
-
-Que lo tapéis
y después le dejamos caer unas piedras grandes arriba.
-
-En
serio?
-
-DALE!
Y así fue como
Gualdo quedo medio sepultado aquella noche tan sucedida.
La verdad siempre
me quedo la duda de si realmente ya estaba muerto cuando lo enterramos o lo matamos al dejarle caer aquellos escombros
de concreto tan bruscamente? QEPD.
nenis me encanto! pobre Gualdo, esta no me la sabia! me imagino la cara de mi tia cuando te decia todas las frases citadas.. jajajaj!
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